El caso Berini.
- Andy Vaam
- 20 ago 2015
- 3 Min. de lectura
"¿A dónde va la gente solitaria? ¿A dónde pertenezco?"
¿Cuántas cosas habrán pasado por la cabeza de Joe Berini la mañana en que concretó, por fin, su mudanza a la nueva y gran residencia que tanto anhelaba? Probablemente, no imaginaba nada malo. O, al menos, nada de lo que pasó. Joe esperaba comenzar una nueva vida con su esposa Rose y dos de sus hijos de un matrimonio anterior en una casa que era de su familia ancestral en Nueva Inglaterra.
Pero, el destino que los esperaba, lejos de ser lo deseado, se tornó increíble. Las experiencias poltergeist, en la residencia Berini, comenzaron poco después de la mudanza.
Serena.
El primer visitante de otro mundo fue una niña. Rose escuchó una voz proveniente de la nada, una tarde de mayo de 1979: "Mamá, mamá, esta es Serena…" Ni Joe ni Rose conocían, en el pasado de la familia, una niña con el nombre de Serena, al menos por aquel entonces.
El caso fue extraño, pero quedó como una simple anécdota. Sin embargo, tiempo después de la primera visita de Serena, Daisy (una de las hijas) debió de operarse para extraer las amígdalas. Durante la intervención hubo complicaciones, su corazón empezó a fallar y casi muere. La visita de Serena y la experiencia de Daisy no pasó desapercibida por los Berini.
Serena volvió a visitar a la familia noche de noviembre en que la abuela de Joe sufrió un ataque fulminante de corazón y falleció. También por esas fechas, Joe se despertó con la voz de Serena para encontrar a su mujer asfixiándose a su lado mientras dormía. Después de agitarla y despertarla, ella le dijo como su ex marido la ahogaba en su sueño.
El espectro de blanco.
Entre fines de 1979 hasta marzo de 1981, luego de una larga pausa de visiones donde Serena ya no se presentaba, otro niño hizo una aparición a Rose. Se trataba de un niño pequeño, vestido completamente de blanco, vagando por la sala de arriba. Al igual que Serena, no se trataba de una experiencia de terror y la familia lo describe como "una experiencia muy pacífica." A diferencia de Serena, cuya misión parece haber sido la de advertir a la familia de los peligros, este niño parecía estar buscando algo, algún objeto. Una vez fue visto entrando en cada dormitorio para luego quedarse acomodado en el suelo del pasillo en busca de algo. Joe más tarde encontró en ese preciso lugar un medallón de la Virgen María. Cuando Berini comenzó a investigar el pasado de su propia familia, descubrió que su padre, había tenido dos hermanos más jóvenes que habían muerto en la casa. Serena, que había fallecido a la edad de cinco años, y un joven con el nombre de Giorgio, quien se había ido a los ocho.
El ministro de Dios y su furia.
Es realmente interesante comenzar a pensar en qué pude haber pasado en la casa Berini. La perdida de un niño es una tragedia, pero ¿Dos? … Es muy sospechoso. Joe comenzó a preocuparse por los fenómenos cuando oyó al niño de blanco (su supuesto hermano menor), decir:
"Mi hermano mayor es el único que puede ayudarme."
¿Qué quiso decir? Es un completo misterio. Pero, esa frase fue el comienzo del terror. Poco después de ese suceso, varios objetos comenzaron a moverse, los teléfonos a volar, puertas abriendo y cerrándose entre otros incidentes. Este giro de acontecimientos llevó a los Berini a buscar ayuda. Pidieron a dos sacerdotes para bendecir la casa, y efectivamente después de que lo hicieron hubo una temporada tranquila, pero no por mucho tiempo.
La figura que apareció entonces en esta casa, se autoproclamaba "un ministro de Dios." Era un hombre de figura encorvada, con unos grandes pies y una capa negra. Trajo con él una tal furia que empezaron a volar objetos, las estanterías se movían, y con el tiempo, comenzaron también los ataques físicos. Los niños fueron golpeados en varias ocasiones, pero fue Rose quién se llevó la peor parte, como en una ocasión en que fue golpeada por una puerta del congelador. Esto era sólo el inicio.
Una noche Rose fue arrancada de la cama, suspendida en el aire, para luego ser arrojada al suelo con furia. Otro día, Joe volvió del trabajo para encontrar la cama saltando varios metros en el aire y Rose encogida en la esquina con un crucifijo. El ministro no tenía nada bueno que ofrecer y, mucho menos, buenas intenciones en cuanto a lo que buscaba. Los Berinis pidieron un segundo exorcismo que pareció funcionar ya que los fantasmas se desvanecieron. Sin embargo, el misterio de lo que, con el tiempo se conocería como “el caso Berini”, sigue siendo un completo misterio, a pesar de los años transcurridos.

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